Posteado por: Matilde Amorell | Lun 11 febrero, 2013

mi propio soundtrack

Debo empezar diciendo que fui una niña muy consentida. Mis padres me tuvieron cuando sólo tenían 21 años y se separaron cuando yo apenas tenía como unos 4. Con 7 tíos para consentirme y 4 abuelos muy jóvenes, yo por mucho tiempo fui la reina de todas las casas (de mi familia, evidentemente). Un dólar a 4,30 permitió que tuviera todos los juguetes que el corazoncito de una pequeña niña pudiera desear y los que ni siquiera sabía que existían. Y así mi infancia transcurrió escuchando los LP de Cricri-el grillo cantor, Enrique y Ana, Kiko y Popy, los cuales sonaron en mi propio toca disco personal color rojo. Recuerdo que el disco de Cricri era un libro gordisimo que se quedaba en casa de mi abuela paterna y que tenía unas historias interesantisimas… suena el ratón vaquero. Luego con Enrique y Ana, recuerdo que la cosa era trágica… suena amigo Félix.

Más adelante en mi historia, sonaban muy ochentosos Madonna con Like a Virgen y Michael Jackson con Thriller. Desde entonces nunca me dejaron de gustar. Mi primer CD, fue la edición especial del disco Dangerous, cuya caratula era del tamaño de un LP. Me sabía las letras de todas las canciones porque traía un novedoso libro con todas ellas. Recuerdo que me reunía con mi mejor amiga para hacer coreografías que nunca hicimos porque terminamos sólo hablando e imaginando. Tengo que meter dos canciones de esta amistad: Never gonna get it y Sweat, simplemente porque era lo que sonaba en el momento que nos conocimos.

En esa época comenzó a ponerse de moda la frecuencia modulada, es decir la FM en la radio. Escuchaba «La hora del Gato» y a Eli Bravo en «Cualquier cosa» por las mañanas. Esas fueron mis primeras decepciones voz-imagen. Estamos hablando de los alrededores 1992. Ese año mi amiga me grabó un cassette con sus amigas del colegio imitando a Guillermo Tell. Sólo puedo pensar en R.E.M. «Losing my religion«, si mi memoria no me engaña también era la época de Beverly Hills 90210, Brenda y Dylan terminan con esa canción de fondo, siendo de los momentos mas tristes que recuerdo de la televisión en mi adolescencia.

En algún lado metido en esos momentos, tengo la primera experiencia de despecho, no mío si no de mi mamá. Me hizo escuchar, transcribir y traducir todas las canciones de Phil Collins y Sting. Por supuesto, para mi era un fastidio, pero lo hice. Y es así como me aprendí True Colors, entre otras.

Comenzaron las fiestas de 15 años, empecé a tener amigos (recuérdense que estudiaba en un colegio de puras niñas), momentos de bailar Dancing with myself. Salíamos al cine, inventábamos reuniones en casa de Magú para poder ver a los niños, me celebraron varias fiestas sorpresas de cumpleaños.

Empezó mi propia novela de decepciones amorosas, me termina mi primer novio y sólo puedo escuchar a Shakira con Pienso en ti, por Dios que canción tan triste. Esa es la época en que escribo y leo poemas de amor e idilio, letras de canciones tristes, es mi época de escuchar Ojala de Silvio Rodríguez, sin ninguna intensión revolucionaria.

Tengo varios cuadernos de esa época llenos de pensamientos y poemas de Jorge Luis Borjes. Me reunía en la biblioteca de casa de mi amiga del colegio a leer el «Cancionero del amor y del dolor», un libro lleno de letras llenas de nostalgía y sentimientos intensos. En esa época de la vida de uno, todo es intenso: la amistad, el amor. Uno cree que se enamora como nunca y como nadie, que nada duele más que el corazón roto, el despecho es la enfermedad que aqueja la humanidad.

Todo esto acompañado claro con momentos de felicidad y bochinche, y es cuando creo que me enamoré de las canciones de Juan Luis Guerra, suenan: La cosquillita, el tiburón, celoso.

Mi mejor amiga estudiaba en un colegio distinto al mio, donde sí habían varones. Al principio, salíamos con mis amigos, bailábamos Proyecto Uno, Materialista. Luego comenzamos a salir con los de ella, empezamos a manejar con Enrique Iglesias, Lluvia Cae.

Comienza la universidad, un amigo intenta darme un poco de cultura musical, suena Oasis. Años de Margarita en Semana Santa en Sr. Frog’s escuchando el gato volador (que no vale la pena linkear). Salíamos los viernes en la noche, aún cuando nos daba fastidio, suena It just won’t do. Fueron los mejores momentos de rumba. También éramos responsables y nos reuníamos a estudiar, la música de fondo para el momento de estudio era Nelly Furtado.

Llegó la graduación, comencé a trabajar, en esa época era fan de Alejandro Sanz, conocí a Diana Krall y a Olga Tañon. Lloré y sufrí, pero distinto, no menos, pero sabía que iba a pasar y que de eso no me iba a morir. Tiempos de Buddha Bar y Hotel Costes.

Viéndolo en retrospectiva, mi trabajo era estable e inestable. Me mandaban de aquí para allá y de allá para acá. Hice muchos amigos nuevos, escuchaba Paco Lucia, Entre dos aguas.

Cuando conocí a mi esposo, él cantaba Viajera del Río. A mi me gustaba Masseratti 2lts . Él me introdujo a la música llanera, la cumbía y las rancheras. Yo lo introduje a U2 y Cold Play. Estas canciones nos acompañaban en nuestras aventuras.

Cambie de trabajo. Viajaba todas las semanas. Me acompañaban en el avión toda clase de entretenimientos, todos metidos en mi ipod: música, juegos y capítulos de las series que veía desde ese momento Gossip Girl ( un guilty pleasure) y Grey’s Anathomy. Son momentos en que se unen a mi repertorio musical: Leonardo Favio y Calamaro.

Llega nuestro matrimonio, la primera canción que sonó fue Amazing de Seal. Ahora a ambos nos gusta Black Eyes Peas y nos quedamos dormidos con Deva Premal.

Vuelve a mi vida Nelly Furtado, en la época del embarazo, pues el color de mi vida cambió. Sólo se escucha música alegre en el carro. Cambio a Cesar Miguel Rondón por 105.3. No quiero saber de noticias, quiero disfrutar de mi felicidad.

Ahora escuchamos música infantil y las preferidas de mi hijo. La primera que bailó con mucho entusiasmo cuando tenía a penas 8 meses: Hey Mickey , luego le encantó I Like it, ahora con 2 añitos me pide Gangnam Style.

Nuestro día a día es acompañado con música. A través de ella nos podemos trasladar a momentos del pasado. Puede ayudarnos a cambiar de estado de ánimo. La música es fundamental en mi vida. Estoy segura que hubo muchas mas canciones que las que aquí recuerdo, pero estas me han llevado por un viaje delicioso por momentos de mi vida que tenía tiempo sin recordar. Espero que ustedes hayan viajado conmigo y que se animen a buscar el soundtrack de su vida.


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